Víctimas del pecado es una película mexicana dirigida por Emilio Fernández estrenada en 1951 la cual fue un éxito en taquilla en su momento y recibiendo buenas reseñas hasta nuestros días a través de las red de vídeos YouTube con más de 62000 visitas en un año. Este análisis omite la mayoría de los aspectos técnicos del filme siendo un análisis más enfocado a los personajes y circunstancias presentadas en pantalla para reflexión y discusión entre aquellos que ya han visto la película al menos una vez.
La historia arranca con un peluquero de paisaje todo sonrisas que arregla a un pachuco, escena un tanto cuanto cómica, el pachuco es Rodolfo, Rudy como le llaman las ficheras en "El Changoo" cabaret en el que Rodolfo es proxeneta protegido de Don Gonzalo, un español neurótico, dueño del cabaret. Rodolfo coquetea y explota a cuanta mujer tiene enfrente, baila be-bop como todo un profesional y admira a la bella Violeta, cubana estrella del Changoo que baila exhuberante y exótica la música cubana de Pérez Prado y Rita Montaner, presentados estos con sus nombres reales como para dar realismo adicional al drama o catapultar sus carreras.
El comienzo de esta película puede llevar a confundir al espectador pues no muestra indicios del drama que se avecina hasta que varias ficheras discuten la problemática de una de ellas que se encuentra en el sanatorio dando a luz a un hijo de Rodolfo, Rosa que poco tiempo después regresa al Changoo con el hijo de Rodolfo, quien reacciona primero con cierta zozobra cómica ante las circunstancias pero después se perfila como un canalla al negarse a reconocer al niño y llamarle monstruo ante el reclamo de Violeta y las demás ficheras.
Mientras Rita acompañada por la orquesta de Pérez Prado y Violeta tienen una mancuerna artística exitosa en el Changoo, Rosa se desmorona ante la mirada del invitado especial de la noche, Pedro Vargas, quien con un brazo en cabestrillo (e interpretándose a sí mismo) entona el bolero “Pecadora” de Agustín Lara, cuya bella letra tristemente cuestiona los motivos de aquellas envueltas en la industria del pecado definiendo la tragedia por venir.
“¿Por que te hizo el destino pecadora
si no sabes vender el corazón?”
Rosa sigue a un Rodolfo impasible por las calles de la ciudad, que muestra su lado menos glamoroso y más complejo mientras Rodolfo revela más de sus capacidades de proxeneta pues en el camino se da tiempo para aleccionar a una de sus prostitutas traida del extranjero en perfecto francés. Frente al monumento a la revolución Rosa se ve obligada por Rodolfo a decidir entre su hijo y él, abandonando a su hijo en un basurero regresa al Changoo sin el niño, para sorpresa de Violeta quien la golpea hasta obtener información de la suerte del menor y corre a rescatarlo. Su sentido intrínseco de la maternidad sale a relucir junto con su calidad humana contrario a lo demostrado por Rodolfo y Rosa.
Dato curioso es que a partir de ese momento ya no hay comicidad alguna de Rodolfo que se revela como un asaltante y Rosa como su cómplice, en el marco del monumento a la revolución que pareciera dar un mensaje de corte político, insinuando que la revolución en sí misma es la causante del inicio de la tragedia.
Rodolfo y sus secuaces incluyendo a Rosa dan un golpe criminal robando la taquilla de un cine y matando a la taquillera innecesariamente y por la espalda, esto deja claro ya para el espectador que se trata pues de un gran villano, su atentado es más grave aún porque atenta simbólicamente contra la amada y admirada industria del cine.
Entre el drama del bebé Violeta sale a interpretar La Cocaleca (Tamborera panameña convertida en Mambo por Pérez Prado) con éxito entre el público, días después Violeta encuentra la manera de alimentar al bebé, pero lo lleva al Changoo pues no tiene con quién dejarlo, lo que provoca su renuncia y de paso la de Rita (no sin antes interpretar ¡Ay José! Una canción humorística de absoluto doble sentido) que termina en una ridícula batalla campal en la que incluso Rodolfo se ve involucrado.
Mientras, el espectáculo de Violeta y Rita Montaner que parecía tener un futuro brillante se ve truncado por Don Gonzalo que despide a Violeta tras una discusión.
A partir de este punto la película desarrolla un “segundo acto” mostrando a Violeta venida a menos, como prostituta en la calle donde conoce a Santiago, quien lleva detrás de él un conjunto de mariachis tocando canciones de ferrocarrileros y es dueño de un cabaret de baja categoría llamado “la máquina loca”
El segundo acto comienza con Santiago (y sus Mariachis) recorriendo la calle donde se prostituyen Violeta y bastantes más mujeres, Violeta atrae su atención, pero al pasar a su cuarto escucha al bebé quien despierta su sentido paternal y decide ayudarla solamente con dinero e invitarla a trabajar a su cabaret. Rita se ostenta ahora como madre del niño y Santiago deja entrever que perdió un hijo pequeño.
Al término de este encuentro Santiago y sus mariachis se retiran y la canción que entonan cobra significado.
“oigan señores el tren
que lejos me va llevando
oigan los silbidos, que el chacuaco
ya va caminando"
Ese tren del que habla la canción hace metáfora con la vida de Violeta y es a la vez un refrán oculto pues no se escucha otra parte de la letra que dice
“Oigan y oigan señores,
oigan el tren caminar,
el que se lleva a los hombres
a las orillas del mar”
Pareciera qué hay una poética literaria oculta en las canciones, ¿intencional o accidental? La vida de ambos hombres va hacia una orilla y parece que el Indio Fernández hiciera referencia al poema de Jorge Manrique que plantea:
“Nuestras vidas son los ríos
Que van a dar en la mar
Que es el morir”
En la máquina loca se escucha danzón, ritmo más favorecido por las clases bajas, Rodolfo y Santiago se encuentran y su encuentro resalta sus diferencias, es de hecho una colisión de dos mundos, el ferrocarrilero norteño adusto y digno llevado a la ciudad y el Pachuco cosmopolita, viajado, cínico y amoral, aunque se desvela que ambos han formado parte del mismo grupo criminal. Al poco tiempo Rodolfo trata de llevarse a Violeta a trabajar para él, y al descubrir que ella aún tiene al niño trata de quitárselo para matarlo, la cobardía de Rodolfo se nota una vez más al golpear a Violeta hasta marcarle la cara, pero la policía interviene y todos los implicados van a parar frente a un juez.
En el juzgado Violeta denuncia no sólo el atentado contra su hijo sino otras fechorías de Rodolfo, incluyendo el homicidio de la taquillera, curioso es que es el juez quien salva a rosa, retratando el poder heroíco institucionalizado del funcionario público.
Violeta observa desde lo alto del puente de nonoalco La Máquina Loca, entre el humo espeso del tren que pasa y los contrastantes postes de luz. La imagen es de una belleza sórdida y brutal, enmedio de la cual va a buscar al hombre que antes le ofreció una oportunidad como su única salvación. Santiago oculta su pesadumbre y duda antes de recibirla, pues es consciente de que Violeta rompió el código de aquellos que operan al margen de la ley al denunciar a Rodolfo, sabiendo que practicar la bondad en un mundo cruel es sinónimo de perdición.
Violeta ve con nostalgia que hay un número de música y baile cubano en la máquina loca mientras acepta su papel de fichera y en silencio deja brillar a una bailarina de mucho menor talento.
Tiempo después cuando les falla la bailarina por ebriedad, Violeta salva el día saliendo al quite bailando un sensual número de percusiones con un moreno que toca las congas con maestía, Santiago que ignoraba su talento y la alegría que es capaz de proyectar se enamora de ella.
Convertidos en pareja, tiempo después vemos el bautizo del niño, el primer cumpleaños y los invitados mencionan como la aspiración más alta que se puede lograr a conseguir es ser Presidente de la República, una vez más glorificando al funcionario público. Seis años después retratados en 6 pasteles de cumpleaños nos enteráramos que el niño vive en un internado para mantenerle oculto el oficio de aquellos que se han convertido en sus padres.
Rodolfo sale de la cárcel e inmediatamente se dirige a la máquina loca, Donde Violeta baila enfundada en un sensual vestido negro, con música exclusiva de percusiones un baile casi hipnotizante. Rodolfo reaparece despojado no sólo de comicidad sino de toda humanidad. Discute en el exterior con Santiago en su afán de extorsionarlo y lo mata en las vías mientras pasa el tren. Una vez más se escuchan los mariachis en un tono mas triste con la misma canción, el tren ahora parece ser metáfora de la vida perdida de Santiago y así, finalmente, lejos lo va llevando.
Clausurada La Máquina Loca, Rodolfo reclama la paternidad del niño Juanito para obligarlo a robar, Violeta sorprende y mata Rodolfo salvando a Juanito sin embargo sacrifica su libertad y finalmente lo deja desamparado. En la cárcel el sufrimiento de violeta es más por el angustia de saber del desamparo de Juanito que por su condición, mientras en las calles Juanito bolea zapatos y hasta deja empeñado su cajón para completar 12 pesos para comprarle zapatos a Violeta, simbólicamente representado su drama en el marco del monumento a la madre, el vendedor de zapatos es refleja lo dura que es la vida en la calle, sin mostrar empatía alguna al punto que ni siquiera le envuelve el par de zapatos.
Finalmente es el director de la prisión, una vez más, un funcionario público quien resulta ser el héroe final, (glorificando el puesto por encima de los personajes que dejaron la vida en esa historia) quien decide liberar a Violeta y se convierte en narrador, un tanto poético (y cursi) al final cuando Violeta recupera a su hijo y su libertad, para no acabar en la tragedia que -dicho sea de paso-, hubiera dado sin duda un mejor final.
http://en.wikipedia.org/wiki/V%C3%ADctimas_del_Pecado
http://www.imdb.com/title/tt0043115/<
Actualización: El filme parece ya no estar disponible en Youtube por el momento.
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